
Bhaktapur
Ciudad de devotos - Bhaktapur, literalmente le hará viajar en el tiempo a la época del reinado en el valle de la dinastía Malla
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Descubra templos y mitos antiguos en el valle de las deidades donde se encuentran el hinduismo y el budismo.
Huela y saboree la comida tradicional newari, cocinada en hornos de leña, mientras pasea por los pequeños callejones alrededor de las "plazas” en uno de los antiguos reinos del valle de Katmandú; Bhaktapur, Patan o Katmandú.
Compre artesanías de artesanos que aún trabajan de acuerdo a tradiciones centenarias. O intente probar su talento en uno de los muchos talleres disponibles.
Sorpréndase cómo la gente del valle todavía usa sus templos para practicar rituales que se han transmitido de generación en generación. Descubra los templos del valle, aprenda más sobre los rituales de la gente de Nepal.
Visite los siete monumentos del Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en Katmandú, en cuarenta y ocho horas.
Hay una famosa historia popular que narra el establecimiento del valle de Katmandú. Hace mucho tiempo, durante la era del Pleistoceno, el valle de Katmandú era simplemente un lago, una hermosa exposición de flora y fauna acuática. Alrededor de la misma época, cuando Manjushree, un santo budista del Tíbet, vio una hermosa flor de loto flotando en el centro del lago, una admiración sin límites comenzó a arder dentro de su corazón, lo que evocó su devoción por sostener y adorar a la flor.
Él, entonces, cortó la colina de Chobar; ese "corte" se convirtió en un profundo desfiladero, dejando que el agua del lago se drene y dando lugar a una tierra fértil y piadosa para el asentamiento humano. Más tarde, el asentamiento se convirtió en una terminal conocida para diversos individuos; para devotos (tanto hinduistas como budistas), mercaderes tibetanos e indios, artesanos, emperadores, exploradores, historiadores, jipis, según las épocas respectivas y, ahora, para turistas de todo el mundo.
El valle de Katmandú siempre ha sido un crisol de culturas, religiones, artes y oficios diversos. Las dinastías Gopala y Kirat gobernaron en los primeros períodos, seguidos por el Licchavi (300-879 d.C.), quien, correspondientemente, decoró la ciudad con pasión, arte tradicional y creencias religiosas.
Por tales razones, hasta esta fecha se puede experimentar la autenticidad del valle, su armonía cultural y religiosa; las variedades de templos hinduistas y budistas que están parados uno junto al otro durante siglos, diversas etnias, coloridas fiestas y celebraciones, pero a poca distancia a pie, que es, quizás, el punto culminante más hermoso de la ciudad.
El Valle de Katmandú envuelve tres ciudades gloriosas: Katmandú, Patan y Bhaktapur, que una vez fueron estados independientes gobernados por los reyes Malla, que dirigieronlas ciudades desde los siglos XII al XVII y decoraron su reino individualmente con artesanía y palacios exóticos.
En aquel entonces, los poderosos gobernantes mongoles importaban artesanos del valle de Katmandú para decorar su imperio.
Es decir, la famosa arquitectura estilo pagoda es un regalo del Valle de Katmandú a China. Ahora, el Valle de Katmandú es el hogar de siete sitios que lo convierten en Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, y también alberga cientos de otros monumentos exquisitos, esculturas, templos artísticos y arte magnífico: recordatorios de la época dorada en la arquitectura de Nepal.
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